Distintos informes a nivel mundial nos han dicho que el planeta tierra está sufriendo por las acciones que el hombre ha hecho en contra del medio ambiente: despale de árboles, quema de bosque, explotación minera a cielo abierto, contaminación de ríos o mares a causa de la industria, el depósito de basura a las fuentes hídricas por ciudadanos, la contaminación del aire por la industria automovilística y la falta de implementación de un programa de manejo de desechos a nivel nacional, municipal y domiciliar.
Según las estadísticas catastrales mineras del Ministerio de Energía y Minas (MEM), 996 mil 457 hectáreas están otorgadas para el desarrollo de la actividad minera en Nicaragua. Y, de las 266 concesiones mineras otorgadas, 11 solicitudes han sido aprobadas desde 2007 a la fecha, lo cual representa según el MEM el 1,07% del 100% del territorio concesionado.
En la mina San Albino-Murra, del municipio de El Jícaro en Nueva Segovia, se inició el despale a orillas del río, que es la principal fuente de consumo para los habitantes, poniendo en riesgo la existencia de su población y el ecosistema.
Pero, ¿Qué hacemos antes este panorama? El profesor Luis Murillo, economista nos plantea algunas alternativas.
El papel de las organizaciones locales es participar en todo el proceso de decisión de desarrollo de Políticas Públicas, éstas deberían tener la oportunidad de discutir los costos de oportunidades que implique la explotación de los recursos naturales.
De igual manera, las empresas concesionarias están en la obligación de desarrollar su actividad económica, utilizando toda la tecnología necesaria que conlleve un menor impacto al medio ambiente.
La sobrevivencia del ser humano depende de los recursos naturales que dejen para el futuro. La ciudadanía tiene que retomar la administración adecuada del mismo, sin embargo necesita un marco jurídico, donde se le permita una participación activa en sus comunidades y que las decisiones no se centralicen, porque esto ha afectado los intereses económicos de sus territorios. Otra medida es buscar nuevas alternativas de actividades económicas en los municipios, dándole su valor agregado.
Asimismo, propone desarrollar un plan de ordenamiento territorial, donde se establezca qué territorio se va a ocupar para vivienda y cuál para actividad económica responsable. Paralelamente seguir invirtiendo en la educación y potenciar nuestro capital humano para que tengamos otro nivel de inversión más tecnificada y desarrollada.
Contexto
El contexto de la crisis económica a nivel mundial ha hecho que la actividad minera sea atractiva; en 2008, la onza de oro costaba menos de US$ 400 y actualmente anda por los US$ 1,400. Hay una demanda y ésta se incrementa, dado que el inversionista coloca su dinero en algo seguro como es el oro. Contradictoriamente esta explotación minera se da en países en vías de desarrollo, los cuales no tienen tecnología para procesar el oro, mientras Estados Unidos tiene el 70 % de reserva en oro y plata, son nuestros países que sobre explotan sus recursos naturales, nos explica el profesor Luis Murillo.
Por otra parte, el inadecuado manejo de los recursos naturales se debe a las irresponsabilidades de las autoridades de no potenciar el verdadero desarrollo económico de las localidades.
Diferentes movimientos ambientalistas se oponen
Karen Peralta, del municipio indígena de Mozonte, activista y defensora de los derechos humanos es de la opinión que la ciudadanía tiene que ser activa y defender el medio ambiente cuando personas o empresas la perjudican. Peralta ha participado en plantones y caminatas como una manera de pronunciarse al respecto. Su principal objetivo como activista es que todos los pobladores de la localidad tomen conciencia y actúen. Considera que se necesita desarrollar mayores investigaciones que permitan visualizar mejor los recursos que tiene cada localidad.